lunes, 7 de marzo de 2011

Introducción: La Revolución Rusa

La quiebra del zarismo, entre 1900 y 1917, fue un proceso similar al de un gigante cuyos pies de barro se van deshaciendo poco a poco y acaban por derrumbarse. El Imperio Ruso era a comienzos del XX, una de las grandes potencias mundiales, a caballo entre Europa y Asia, se extendía sobre 22 millones de kilómetros cuadrados y contaba con 150 mill de habitantes. El suelo y el subsuelo contenían gigantescas riquezas. Pero esta fortaleza era solo aparente. Rusia era el país europeo más atrasado en muchos aspectos, y el más alejado de las estructuras sociales y económicas de nuestro continente.
Dentro de sus fronteras convivían un gran número de pueblos: eslavos (rusos, ucranianos, polacos, bielorrusos…), turcos, armenios, bálticos y mongoles. El gobierno zarista había practicado una violenta política de rusificación con las comunidades no rusas, como forma de mantener cohesionado este mosaico de pueblos.

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